La confianza se gana de muchos modos diferentes, pero se pierde por cualquier causa indiferente.

En tu vida, te encontrarás a miles de personas. Están las que aparecen de repente, y llegas a considerar que pueden ser para siempre, pero acaban yéndose de tu vida, casi con la misma facilidad con la que entraron. Luego están las que conoces de toda la vida, lo que ya consideras una amistad eterna, pero llega el día en el que los caminos se separan, y la amistad se rompe. Esos que solo te utilizarán. También están esas personas que siempre has conocido, pero nunca han sido tus amigos. Y un día, les llegas a apreciar incluso más que a tus demás amigos. Lo que está claro es que hay pocas amistades que duren para siempre. También están ese tipo de amistades que por mucho que duren, no son amistades verdaderas. Si, también están los amigos de verdad, esos que nunca te abandonan, pero esos también te hacen daño alguna vez. Por muy pocas que sean. Bueno, si hay otra cosa clara, es que todo el mundo te va a hacer daño alguna vez. Pero tienes que encontrar a ese tipo de persona, por el que siempre valga la pena sufrir.